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jueves, 18 de septiembre de 2008

APUNTES SOBRE NUESTRA GEOGRAFÍA

Aspectos Fisiográficos

El Estado Portuguesa se encuentra ubicado en la parte occidental de Venezuela; su posición geográfica está definida por los paralelos 8° 12’ y 9° 52’ al norte del Ecuador y entre los 68° 24’ y 70° 12’ al oeste del Meridiano de Greenwich; tiene una superficie de 15.200 kilómetros cuadrados.

Según lo publicado por Fudeco (1988) “limita por el norte con los estados Lara y Trujillo, al sur con el estado Barinas, al este con el estado Cojedes y al Oeste con el estado Barinas y parte de Trujillo. (p. 3)

Paisajes
Desde el punto de vista fisiográfico está constituido por cuatro paisajes, que son: montaña, piedemonte, llano alto y llano bajo.

El paisaje de montaña ocupa la porción más septentrional, estando conformado por la Sierra de la Portuguesa y por la Serranía de Trujillo y de Sarare, con una extensión de 158.850 hectáreas correspondiente al 10.5 % de la superficie del Estado. Se localiza entre los 2.200 msnm y los 400 msnm Constituye el lugar donde se originan gran parte de los ríos que atraviesan el estado: El Boconó o Chorrosco, El Portuguesa, El Guanare, El Morador, El Ospino, El Guache, El Acarigua, El Sarare, y El Cojedes. (ob cit p.3).
El paisaje de piedemonte se ubica por debajo del paisaje de montaña, desde alturas inferiores a los 400 metros sobre el nivel del mar (msnm) hasta los 160 msnm, formado por depósitos coluviales y aluvionales. Ocupa una superficie aproximada de 185.000 hectáreas, correspondientes al 22% de la superficie del Estado. La forma característica del paisaje es colinas, terrazas y lomas atravesadas por numerosos ríos (ya citados) que dan origen a los valles de conos de deyección. (ob cit p.3).

El Llano alto ocupa una ancha faja a todo lo largo del Estado. Su límite superior corresponde aproximadamente a 160 msnm y su límite inferior a los 80 msnm. Ocupa una superficie de 815.325 hectáreas que representa el 53.6% del Estado. (ibid)

El Llano bajo se ubica en la parte sur y más baja del Estado, representa como límite superior los 80 msnm. Corresponde a tierras con problemas de exceso de aguas, generalizados y con duración prolongada. Ocupa una superficie de 360.725 hectáreas que corresponden al 23.7% del total de la superficie del estado. Los suelos se caracterizan por presentar texturas pesadas y drenaje pobre, sometidos a inundaciones de larga duración. (ibid)

CAMINOS DE CARANACA

La obra de Raúl H. de Pasquali G. titulada Caminos de Caranaca 25 siglos de historia, constituye un documento de particular importancia para la comprensión global del proceso de poblamiento y consolidación del territorio del actual Portuguesa. A partir de las investigaciones arqueológicas, el autor reconstruye, con sentido histórico, períodos de nuestra historia escasamente trabajados por la historiografía regional y nacional, y reivindica el pasado aborigen.

Por los Caminos de Caranaca transitamos con el autor para interrogar vestigios de tiempos remotos y descubrir en alfarería, enterramientos, calzadas, montículos y cuevas las dimensiones culturales, económicas y demográficas de comunidades aborígenes organizadas, que existieron mucho tiempo antes de la llegada de los primeros conquistadores europeos.

La investigación histórica concreta con criterio de totalidad, nos remonta al espacio geohistórico denominado «Hacia Llanos del Valle de Hacarigua-Boraure y Provincia de Guanaguanare, durante el tiempo histórico prehispánico (1.000 A.C. a 1.500 D.C.)», espacio intensamente vivido, el cual tenemos el derecho de conocer y el deber de preservar como patrimonio de los venezolanos, y de los portugüeseños en particular.

Pasado remoto y pasado reciente tejidos con hilo de continuidad, se entrelazan en una obra magistral que enriquece la bibliografía portugüeseña, revela y acopia fuentes escritas y no escritas para el estudio y la investigación, descubriendo en el pasado y el presente al estado Portuguesa como una zona de confluencia cultural.

En 1989, cuando el autor cursaba estudios de Maestría en Historia Económica y Social de Venezuela, consignó como trabajo final de la asignatura Historia Regional, la obra que hoy presentamos. Sorprendido por la calidad de la investigación, el profesor de la asignatura, Nikita Harwich Vallenilla, recomendó su inmediata publicación, lo cual no fue posible sino hasta ahora.

Esta obra, que durante años reposó en los anaqueles de la biblioteca del autor, esperando su publicación para el disfrute de todos, se ofrece hoy, en otro tiempo histórico, probablemente en el tiempo histórico cuando le corresponde aparecer, para fortalecer nuestra identidad, como nación como pueblo, valorar un pasado aborigen que, a través de la maestría del autor, con la humildad que brinda la sabiduría, despierta la curiosidad científica por los yacimientos arqueológicos, el sentido de pertenencia y el amor por la tierra donde vivimos.

RAUL DE PASQUALI HISTORIADOR MILITANTE

Raúl Humberto de Pasquali Gualandi, nació en El Vigía, Garabote, Municipio Ospino (estado Portuguesa) el 12 de noviembre de 1923. Egresado del Instituto de Ciencias Experimentales y Nacional de Higiene de Caracas “Jesús Rafael Rísquez”, en la primera promoción, año 1946, formó parte de esa legendaria brigada de sanitaristas que, con honradez, abnegación y efectivo amor por Venezuela, combatieron y erradicaron numerosas enfermedades endémicas.
Al estudiar estas enfermedades, encontró que una parte del combate tenía que pasar por el conocimiento del origen y desarrollo de la comunidad donde se manifestaban. Así, De Pasquali, al mismo tiempo que examinaba las muestras en los tubos de ensayo, anotaba las reacciones químicas y demás detalles técnicos de su profesión, también se documentaba sobre esa comunidad en archivos, registros, hemerotecas, recogía testimonios orales y materiales de valor arqueológico.
Tarea que le permitió elaborar una sólida investigación científica, hoy plasmada en esta imprescindible obra para la historiografía regional, Caminos de Caranaca 25 siglos de historia.

APUNTES SOBRE ACARIGUA

APUNTES SOBRE ACARIGUA
Raúl H. de Pasquali G.

Desde 1620, en que el Gobernador Francisco de la Hoz de Berrio, ordenó a Diego Gómez de Salazar, organizar en poblado las dispersas encomiendas que se habían dispuesto, a partir de 1552, en Valle de San Miguel de Acarigua, contó con su Iglesia, con sabor a Selva, su plaza abierta y cuadrangular para acampadero de tropas, mercado, reuniones populares, lugar de procesiones y de actos culturales.
Frente a la Plaza funcionó según el Rango Las Casas Reales, en nuestro caso La Comunal, donde funcionaba el Cabildo de Indios, primogénito de nuestra Institución Municipal.
Para comprender el desarrollo histórico de Acarigua clasificamos el proceso en cuatro etapas:

PRE-INDO HISPANA ( 4OOO A.C. hasta 1530 D.C.)
La porción geohistórica donde se ha implantado Acarigua tiene todas las características de un implantamiento de Encrucijada.
Las investigaciones arqueológicas, denotan la confluencia cultural de varias Series Cerámicas, algunas superpuestas otras entremezcladas: Salanoide, Arauquinoide, Tocuyanoide, Tierroide. Es importante señalar que cada serie anterior al Tierroide, demarca su propio espacio geográfico, dentro de un área de 8.000 kilómetros cuadrados, que consideramos como el área de influencia de Acarigua. El más extendido corresponde al Tierroide.
Se calcula, por los restos cerámicos, que la ocupación del espacio en dicha actividad se inició hace unos tres a cuatro mil años.
Existen evidencias cerámicas y de artefactos líticos, que dichos pobladores se dedicaban al cultivo del maíz, a la cacería, la pesca, la caza y la artesanía.
Existen evidencias de intercambio, de trueque.

CONQUISTA Y COLONIA ( Siglos XVI – XIX):
· A la llegada de los primeros conquistadores, en 1530. Entre los 8.000 kilómetros cuadrados que median entre los ríos Sarare (al norte); Coheri (Cojedes) y Acarigua, (este-oeste); Temerí (Portuguesa), (al Sur), se distingue el “Villorrio de Acarigua”, donde vivían entremezclados Caquetíos y Cuibas, con capacidad de poner sobre las armas 15.000 guerreros.
· Había abundante comida: maíz, yuca, frijoles, caza y pesca.
· Las narraciones de Nicolás Federman y Jorge de Espira, coinciden en apreciar a Acarigua, como el centro de mayor concentración de población en los llanos. Destacan la influencia que tuvieran sobre el resto de las comunidades indígenas: Coyones, Jirajaras y Guaiqueríes dentro del sector de los 8.000 kms2. El paso de las sucesivas expediciones conquistadoras, disloca el cuadro poblacional de la porción geográfica que venimos haciendo referencia y que se denominará, indistintamente, HACIA LOS LLANOS DE ACARIGUA; HACIA EL VALLE DE SAN MIGUEL DE ACARIGUA; o, simplemente, LOS LLANOS.

· Cuando se funda la Ciudad de Barquisimeto en el año de 1552, las comunidades indígenas que se salvaran de la hecatombe de la conquista, quedaron en calidad de “ indias bajo el sistema de Encomiendas” a cargo de los fundadores de dicha ciudad, así como los 8.000 kms2 que ocuparan las parcialidades aborígenes de Valle de Acarigua o de los Llanos, quedó bajo la jurisdicción de la Jurisdicción de Nueva Segovia de Barquisimeto, por espacio de 150 Años, es decir hasta 1702.

· El punto de referencia seguirá siendo Acarigua, Estableciéndose la primera doctrina en 1558. Acarigua será el punto de partida para la reestructuración, reorganización, fundación de los antiguos asentamientos aborígenes : primero por autoridades civiles y luego a partir de 1658 por los misioneros Capuchinos, tales, como San Antonio de Choro, Tucuragua, Paso de los Caballos, Santo Tomás de la Galera, San Antonio de Araure, Santa Bárbara de Agua Blanca, San Rafael de Onoto, San Antonio de Jujure o de Turén, Villa de Araure.

· La primera localidad bajo el sistema de Encomiendas, reconocida y reorganizada al el estilo de fundación hispana, fue Acarigua ( año 1620).


ACARIGUA ENTRE 1552 –1830.

● Tendencia a la organización hispana, a la concentración urbana. Cuando se analiza, inclusive, las encuestas del Obispo Mariano Martí, año de 1778, encontramos dos poblaciones con el 100% de concentración urbana: Caracas y Acarigua.
● Sigue teniendo vigencia la posición de encrucijada.
● Continua, de acuerdo a la información de los diferentes Tenientes de Gobernadores de Barquisimeto y de la Villa de Araure, como un lugar productor de maíz.
● De algodón e, incluso, de telares.
● De abundante Pesca.
● La fundación al Estilo Hispano de Acarigua, año de 1620, al instalarse el Cabildo de Indios, fue un instrumento político que usarán, en esta actividad, para obtener ciertas ventajas entre los grupos de poder político de la Villa de Araure, a veces, el respaldo de la indiada fue decisivo para el nombramiento o destitución de Tenientes de Gobernadores de la Villa.

● Mediante su Cabildo, generaciones de aborígenes fueron capaces de defender la legua de terreno que le correspondía a su población (ejidos) y evitar ser trasladados a otros lugares ante las apetencias de los terratenientes de la época.

● A partir de 1810 hasta 1830. Acarigua es un polo de atracción para las actividades comerciales y agrícolas. ( Maíz, Algodón, Tabaco, Añil, Café).

● Para finalizar el siglo XIX, encontramos que Acarigua, es una población próspera, se incrementa la concentración urbana en Portuguesa, de una gran actividad comercial. La que aporta mayor volumen de dinero en impuestos Municipales. Incluso tiene actividades artesanales como exportación de sombreros de cogollo y producción de chimó.

● Se inicia una considerable inmigración larense, incorporándose a las actividades agro-pecuarias y culturales. Es importante señalar, el aporte del sector campesino de la inmigración larense a la economía agrícola de Portuguesa en general, soslayada por los cronistas e historiadores locales con una visión de clasista, así como el aporte en lo político y agrícola de la población indígena.

● Sin restar los méritos, es preciso no caer en la tentación de olvidar la participación de las clases populares, evitando hacer una historia de familias y bien nacidos, de encopetados.




El SIGLO XX.
Entre los años de 1890 a 1920, el Estado Portuguesa, pierde alrededor del 40% de su población a causa del paludismo, fiebre amarilla, tuberculosis, contiendas armadas, fenómenos naturales, sequías, inundaciones, langosta, ciclos de crisis económicas regionales, nacionales e internacionales. Inciden y origina una fuerte emigración portugueseña hacia los andes y Valencia.

Aguantando el chaparrón de múltiples calamidades se mantiene en pié Acarigua, en su posición de encrucijada, con su vocación de concentración urbana, con su actividad comercial, con su alrededores agrícolas.

El cultivo del café en la serranías de Portuguesa, es un atractivo para la inmigración larense, oriunda del triángulo que forma, entre el Tocuyo, Carora y Quibor, incluso hasta Barquisimeto, los rigores de una estación seca que amenazaron con volver las tierras de los cardonales en arenales.

Gracias a esa inmigración que nos prefirió, antes que irse para el Zulia, en labores petroleras, se fue abultando la población portugueseña y activando el centro comercial de Acarigua.

A partir de 1920, entramos lo portugueseños en un respiro, la masa campesina larense se encumbró con el café, así como a partir de los años veinte con la explotación madera y la colonización de Turén, agrandando los maizales.

Acarigua, se llenó de aserraderos, un desfilar de camiones roleros surcaban calles y carreteras que desde Barinas, pasaban por Portuguesa, Cojedes, Carabobo, Aragua y Dto. Federal. Curioso es observar que, entonces, las leyes de tránsito, regulaban el transito entre los automóviles, los camiones, las carretas de buey y las bicicletas. Es un primer paso de esa Acarigua agrícola, a la Acarigua agro-industrial.

El Plan Arrocero.
Esta Acarigua, de vocación agrícola, de sueños agroindustriales, de prácticas comerciales, de inclinación urbana, de centro de confluencia, con su posición de encrucijada, receptor amistoso, fraternal, acogedor, sirvió de base al arranque a la agricultura mecanizada, a las grandes extensiones de cultivo, de la incorporación de la clase media a las actividades agrícolas.

De todos los puntos cardinales de Venezuela llegaban con sus cargas de esperanza a Acarigua y Turén los que estaban deseosos de labrar la tierra desde los tractores. De la Europa, que deseaba sanar las heridas de la guerra, llegaron contingentes para formar hogar y nueva vida.

Acarigua, ese vocablo Indígena, volvió a recorrer espacios, y fue sueño, meta, de porvenir, de bienestar. Es tiempo de analizar las repercusiones, económicas, sociales, demográficas, que implicó el Plan Arrocero; se trata de una experiencia que ha trascendido, que ha repercutido en lo social, en lo educacional, en lo sanitario.

Hoy se nos plantea una nueva problemática, nuevos sueños, nuevas esperanzas, pero hay algo que constituye la parte medular, aquella voluntad, aquel deseo de hacer, de participar, de progresar. Son elementos humanos, vigentes, válidos, de aprovechar.

Nuevas tareas, nuevos horizontes, nuevas esperanzas, nuevas perspectivas, pero no olvidemos que el llanero es del tamaño del compromiso que se le presenta.