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lunes, 25 de septiembre de 2017

Los desafíos de la descolonización



La colonialidad. Origen y expresiones históricas.
 Los desafíos de la descolonización

La Historia Universal que estudiamos en los liceos, la cual de universal sólo tiene el nombre, divide a la historia de la humanidad en edades: antigua, media y moderna, con énfasis en que después de la edad moderna, la cual culminaba con la Revolución Francesa, lo que venía era la época contemporánea cuya duración se extendía “hasta nuestros días”; era la historia sin fin, la del triunfo de la burguesía, la de la eternidad del capitalismo.
Como complemento del cuadro, los acontecimientos que marcaban el paso de una a otra edad: invención de la escritura, caída del imperio romano, descubrimiento de América, Revolución Francesa, indicaban claramente que para tener historia había que ser europeo, de la Europa occidental, los demás pueblos del mundo no existíamos hasta que ellos nos invadían, nos sometían, nos descubrían. De acuerdo con estas etapas, los pueblos originarios del mundo carecían de historia, eran prehistóricos porque no utilizaban la escritura igual a la de ellos.
Los pueblos originarios de Nuestra América, África, Asia, Europa Oriental fuimos reducidos a la condición de bárbaros, salvajes, caníbales, ignorantes, demonios sin religión, idioma ni cultura. Por la vía de invasiones, reducciones y violentas conquistas, Nuestra América, fue la proveedora de metales preciosos, productos agrícolas y artesanales y los pueblos de África esclavizados, tratados, traficados, contribuimos con la acumulación originaria y el surgimiento de la mecanización de la industria.
Nuestra historia, la escribieron los vencedores, la historia de Venezuela de José de Oviedo y Baños, montada sobre la visión, criterio y omisión de los cronistas de indias, será matriz de muchas otras historias eruditas, utilizadas para engalanar  tertulias, halagar vanidades, justificar con banales argumentos, la dominación, la explotación, la sociedad de clases, el racismo.
Es la historia para dominar, que ha extendido durante siglos, como un inmenso nubarrón de tormenta, argumentos tales como la inferioridad del indio, del negro o de la mujer, la flojera de los venezolanos, de los cholos y mexicanos. Es la misma historia de los positivistas de pensamiento crítico, incapaces de admitir la lucha de clases. La historia que intentó borrar la historia de los pueblos originarios, su poblamiento milenario, su cultura, su resistencia e insurgencia frente a la opresión.
Nuestro Libertador en la Carta de Jamaica de 1815, refiriéndose a las dificultades de su propia clase social, describía el coloniaje de la siguiente manera:

Los Americanos en el sistema Español, que está en vigor,y quisá con mayor fuerza que nunca, no ocupan otro lugar enla sociedad que el de siervos propios para el trabajo, y cuando mas el de simples consumidores; y aun ésta parte cohartada con restricciones chocantes; tales son las prohibiciones del cultivo de los frutos de Europa, el estanco de las producciones que el rey monopoliza; el impedimento de las fabricas que la misma Peninzula no posee; los privilejios esclusivos del comercio, hasta de los objetos de primera necesidad; las trabas entre provincias y provincias americanas, para que no se traten, entiendan ni negocien; Carta de Jamaica (tomada de albaciudad.org)

Los imperios, como nos dice Judith Valencia, invaden territorios y almas. La invasión de los territorios fue más allá del aprovechamiento de la tierra y de la explotación de la población sometida. Requirió de la creación de una serie de instituciones y organismos en Europa, en América y en cada localidad para la mejor explotación de las riquezas de lo que llamaron el Nuevo Mundo, para ello, fue necesario también invadir las almas y en eso jugó papel determinante la iglesia católica, pilar fundamental para el sometimiento de nuestros pueblos originarios, asentar población y organizar la producción.
Ciudades, villas, pueblos de indios de misión y de doctrina, absolutamente todo el orden colonial, por las más diversas vías: tratados, requerimientos, reales cédulas, leyes de indias, misiones, ordenanzas, virreinatos, apostólicas entradas, con el papel protagónico de la iglesia católica, bajo la advocación de vírgenes, ángeles, arcángeles y santos fueron puestos al servicio de la invasión de las almas, con tan buenos resultados que a más de 500 años, cuando llevamos hacia adelante una Revolución Socialista, hay que plantearse la descolonización como tarea ineludible para tener Patria.
Esa invasión de las almas es lo que denominamos colonialidad, la cual se expresa en todos los ámbitos de la vida de nuestros pueblos, en concordancia con la sociedad de clases. El Presidente Chávez, con esa inmensa capacidad para comunicarse con su pueblo, introducía permanentemente en su discurso, ejemplos de las expresiones de esa colonialidad. Cuando nos decía que conocíamos los nombres de las carabelas de Colón, pero, no sabíamos cómo se llamaron los barcos de Miranda, estaba planteándonos de manera muy sencilla el problema . Cuando al 12 de Octubre lo llamó “Día de la resistencia indígena”, el mensaje estaba claro.
Es que durante muchos años culminábamos el año escolar celebrando el 5 de Julio, la independencia y hablábamos de Bolívar y Miranda, leíamos trozos del acta suscrita, elaborábamos carteleras alusivas. Las mismas carteleras que, cuando regresábamos de vacaciones, desmontábamos para hacer las del 12 de Octubre con su gran letrero DIA DE LA RAZA y los dibujos de carabelas y de Colón y de calvos misioneros portando una cruz y de hombres con barbas y pecheras de metal. En medio de ese mundo de contradicciones nos formamos. 
También llevamos años celebrando centenarios, tricentenarios, cuatricentenarios de la fundación de nuestros pueblos como si antes nada hubiera existido, sin preguntarnos de dónde salió la gente con la cual fundaron esos pueblos y ciudades. La arqueología con sentido histórico ha demostrado la existencia de poblaciones con milenios de permanencia en un territorio, antes de la llegada de los europeos.
El pentagrama de la tierra como lo llamó el historiador Raúl Humberto de Pasquali (Caminos de Caranaca, Acarigua, 2005) nos revela, en el territorio del actual estado Portuguesa, espacios intensamente vividos, intercambio de producciones, organización comunitaria, producción de instrumentos y utensilios, construcción de viviendas, monumentos, cerrillos, calzadas, arte, alfarería y una antigüedad de poblamiento de más de 5.000 años.
Frente a la historia para la dominación insurge la historia ciencia de los hombres en el tiempo (Marc Bloch), historia para el combate, cuyo conocimiento libera, porque es la que los pueblos comprendemos, la que nos reconoce desde nuestros orígenes, la que pone en evidencia los hilos que motorizan las acciones de la humanidad, la historia capaz de fortalecer el espíritu para la lucha a través del ejemplo de las luchas de hombres y mujeres de otros tiempos, la que valora los miles de años que la humanidad lleva poblando estas tierras; la que baja a los libertadores de los pedestales; la que ubica a las luchas de las mujeres trabajadoras al lado de la de sus hombres trabajadores.
El conocimiento histórico, la historia como proceso, la historia de la gente corriente, la que todas y todas hicimos, hacemos y haremos, porque “…Nuestro pasado, todo nuestro pasado, está vivo y nos enseña que hemos sido, y seguimos siendo, consecuencia de las adversidades; pero también nos señala que gracias a ellas hemos podido vislumbrar colectivamente lo que nos resulta impostergable…/…tener Patria definitivamente…” (Comandante Presidente, Hugo Chávez Frías, 11 de junio del 2012, en la presentación de su Propuesta del Candidato de la Patria para la gestión Bolivariana Socialista 2013-2019), no es una historia neutral, toma partido con el pueblo es, parafraseando a Celaya, un arma cargada de futuro, en el entendido de que ese futuro es hoy y uno de sus grandes retos, es descolonizar a los pueblos, lo cual no sólo es declarar la independencia sino que es imprescindible la descolonización de la conciencia, aprender a pensar, decir y hacer dándole la espalda a lo que nos ha dominado por más de 500 años.
Resulta imprescindible comprender que la colonialidad es expresión de la sociedad de clases y en consecuencia la descolonización sólo es posible en una sociedad donde no existan clases sociales, porque las expresiones de la colonialidad y de la lucha de clases con toda la carga de racismo, exclusión, patriarcado, relaciones de poder, apropiación privada del producto del trabajo, propiedad privada de los medios de producción fundamentales, división del trabajo, son idénticas.
El gran desafío de hoy es construir el Socialismo, en medio de la lucha contra el imperio que amenaza, ordena invasiones, moviliza ejércitos contra  los pueblos .El que a sus sangrientas invasiones llama “esperanza”; a la dominación política “oportunidad de forjar futuro”; a la muerte “estabilidad”; al expansionismo “seguridad común del mundo”; a la intervención militar “asesoría y ayuda”; al dominio ideológico “estrategia civil”; a la promoción de conflictos internos que debiliten a los movimientos de liberación de los pueblos la llamó “confianza mutua”; a la miseria de la guerra la llama “seguridad y prosperidad”; a los pueblos que luchan, “enemigos comunes” o “amenaza inusual y extraordinaria”; al espionaje “servicio de inteligencia”; al poderío militar “diplomacia” y “persuación moral”.
Culminamos estas reflexiones, citando a Judith Valencia:
La terquedad resiste e insurge. La terquedad cultural/los pueblos tercos resisten e insurgen; persisten en darle la pelea a la codicia perversa del imperio transnacional/militar, insistiendo en acorralar a las fuerzas asesinas. Imperio del gobierno militar supra/transnacional, que con la estrategia del siglo XXI, de la ‘CRISIS DE LA POLÍTICA’ arrasa territorios, desplaza y asesina a pobladores dueños de sus tierras y portadores de culturas.
La expansión/difusión de los instrumentos electrónicos y del arsenal militar, mensajeros del terror; violando ‘con hechos cumplidos’ consolidan áreas invadidas. Utilizan el cinismo, la mentira el acoso como herramienta del dispositivo estratégico.
I ENCUENTRO VENEZOLANO DE ECONOMÍA POLÍTICA MARXISTA
Conferencia inaugural/Banco Central de Venezuela,
Caracas 6 de julio de 2016