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jueves, 15 de julio de 2010

EL COMBATE DE ARAURE O DE TAPA DE PIEDRA

EL COMBATE DE ARAURE O DE TAPA DE PIEDRA
Desde el propio momento de la declaración de la Guerra Federal en Portuguesa y en Barinas se organizaron partidas favorables a los liberales.
La revolución se hizo fuerte en las zonas rurales donde el poder de la oligarquía era más débil y las facilidades naturales brindaban la oportunidad de burlar y hostigar a las fuerzas del gobierno, en cambio, las fuerzas del Gobierno, los oligarcas, tenían en las ciudades y grandes poblaciones su baluarte más fuerte.
No siendo por los momentos nuestro propósito el entrar en el análisis sobre la Guerra Federal, sino el de divulgar uno de los combates que para aquel entonces se libraran en el Estado, entre ellos, el que se conoce como el Combate de Araure o de Tapa de Piedra, entraremos en materia luego de una breve introducción y desde luego siguiendo el relato del Dr. Laureano Villanueva en su libro “Ezequiel Zamora”.
Breves antecedentes
El día 4 de abril de 1859 hubo un combate en la Sabana de Tapa de Piedra, de Araure entre las fuerzas revolucionarias del General Zamora y el General Manuel Herrera, natural de San Carlos, Jefe de las fuerzas conservadores y acantonado en Araure.
Zamora había tomado San Felipe y marchaba sobre Barquisimeto para proseguir a los llanos de Barinas. La plaza de Barquisimeto estaba defendida por el comandante José Antonio Sequera y Mendoza con material de guerra y los soldados en número superior del General de la federación, no obstante, Zamora acampó en Tierritas Blancas frente a Barquisimeto e intimó al Comandante de la guarnición de Barquisimeto que se rindiera o atacaría la ciudad.
Durante todo el día 3 de abril de 1859 Zamora se mantuvo en la Cruz en actitud de atacar a la ciudad, forma de engañar al enemigo. Ese día interceptaron una comunicación de los adversarios de que el General Silva iba a cerrarle el paso por Barinas por Araure.
Ante situación tan complicada, Zamora, teniendo que afrontar no sólo los de Barquisimeto, sino a los del General Silva, que iba sobre él desde San Carlos, maniobrando con gran eficacia abandonó las afueras de Barquisimeto y cayó sobre Araure, engañando con grandísima habilidad a las fuerzas gubernamentales de la siguiente manera:
La misma noche del 3 de Abril silenciosamente abandonó el lugar, pero mandó a prender muchas fogatas en el campamento, dejó dos cornetas y dos tambores a caballo, con la instrucción de que conservasen el fuego de las fogatas toda la noche, tocaran diana a las cuatro de la madrugada, y corrieran al alcanzarle.
Combate de Araure
A las tres de la tarde del día siguiente, pasadas la Montañuela, dio parte la mosca Patiño que había tropas enemigas apostadas en la Galera, en actitud de combatir, a lo que parecía. yo no bien hubo Zamora acabado de oír la nueva, cuando mandó hacer parada en la Sabana de Tapa de Piedra, para disponer su plan de pelea.
En la ala derecha colocó al Coronel Mora, con la columna de “flanqueadores”; en la izquierda, el “federación”, con los Coroneles Rafael Petit y escolástico Gonzáles; en el centro de la brigada “20 de febrero”, con reyes y Oviol y la columna de Urachiche, todavía bisoña, y las adiestradas fuerzas de Bernardo Márquez, y la reserva de María Jesús Hernández.
El jefe enemigo era Manuel Herrera, quien ocupó un puesto en la galera, a propósito para rechazar el ataque y replegarse en caso necesario, y desde donde dominaba los dos caminos que desde Barquisimeto conducen a la Villa de Araure. Pero Zamora que tenía siempre a la mano los prácticos de las localidades, quienes, como hombres del pueblo, eran federales, consiguió allí uno, de nombre Trinidad Alvarado, vecino del Cantón que le guió por el monte que está en medio de aquellos dos caminos, con lo cual quedó oculto a la avanzada y a los espías del enemigo. El lugar que ocupaba Herrera, dista de la boca del monte como setecientos metros y Zamora, que se complacía en este genero de maniobras secretas, no se contentó con internarse en el bosque, sino que se escondió todavía más, entrando por un zanjón que había allí. De suerte que, invisible enfrente de los oligarcas, los divisaba, contaba y señalaba con los tiros de sus soldados.
Allí organizó su ordenación de combate, y de súbito salió formado sobre Herrera, a pasitrote; pero apenas este hubo divisado por aquella dirección en que no lo esperaba, cuando rectificó sus posiciones, dando frente con dos columnas a la tropa del centro y de la derecha de Zamora, que subían ya a ocupar la galera, y amenazaban rodearlo por todas partes.
Empezó el tiroteo con gran calor, y a poco quedo trabada la acción en el centro y las alas. Herrera resistió la embestida con denuedo; pero cargado por los aguerridos soldados corianos (infantes) y los caballos de José González y León Colina, se replegó detrás de la galera hasta que, a las dos horas de refriega, se declaró en derrota, por el camino de Ospino, a tiempo que caballería, perseguida y lanceada, se fue medio oculta por entre los matorrales de la Sabana. Zamora le hizo perseguir por todos lados para quitarles los soldados, las bestias y las armas que le quedaran. De los José María Sánchez, natural de Pecaya, del batallón federación, quedando encargado de su compañía, desde esa hora el teniente Manuel Iturbe.
Los derrotados por pasar por la calle de Araure al anochecer, y medio se organizaron en la mesa de Acarigua; pero a los tiros de la guerrillas de Zamora volvieron a desbandarse, a pesar de los esfuerzos que hizo Herrera para mantenerlos en orden, hasta que, al llegar a la encrucijada en que se abren los caminos, el de Guanare y el de Barquisimeto, cogieron unos por aquella vía y otros por está.
El día 6 el ejército de Zamora entró y descansó en Araure y recogió los despojos de Herrera; el 7 se puso en camino a Ospino y pernoctó en la quebrada de los Hierros.
Raúl De Pasquali. San Miguel de Acarigua, enero de 26 de 1971.